Extrañezas literarias... por Juleia Maris

Si a cada paso extrañas un eco... Si en cada día añoras expectante la noche... Si te sientes un extraño inmerso en este extraño mundo... Este es un lugar para nuestras extrañezas literarias de cada día. Los invito a leerme y a leerse, a escribir y a escribirme. Que cada texto- poema- cuento- lo-que-sea se convierta en un campo de contienda reflexiva, crítica y literaria.

. :: Juleia Maris :: .

viernes, 25 de septiembre de 2009

Reflejo en Septiembre

Si tu espejo fuera el mío,
no dudaría
en romperle la esquina.
Si mi espejo fuera el tuyo,
te lo ruego,
pícale los ojos,
y decíle de parte mía
que voy a llegar tarde.
***
No quiero, te juro que no quiero. No sé qué hago acá. El mundo es un lugar intrincado, lleno de agujeros negros, y no quiero. Llegar tarde es una constante en mi vida, siempre llego tarde, a lo que sea. Al trabajo, al estudio, a mi casa. Llego tarde para comer: cuando llego, ya no tengo apetito. Llego tarde para escribir: al tomar el lápiz, ya no recuerdo lo que iba a escribir. hasta mi reflejo llega tarde: me paro frente al espejo, y cuando por fin me reflejo, ya me fuí.

Chau, llego tarde.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Homenaje, en su día...





17/05/09

"......
.............. ."

Vacío.
ud. se va, y queda un vacío.
Queda acá la pena
queda el dolor,
y no puedo compartirlo.
Que no vengan a llenar este vacío con palabras huecas.
Queda el vacío, y punto.
Desde mi egoísmo, lo lloro.
Desde mi admiración, lo aplaudo.
Ya no habrá novedades.
Hay lo que quedó.
Me alcanza y me sobra, y viceversa.
Vaya, vaya con sus amigos,
vaya con su Luz, con su hermosa Luz,
linda y compañera.
Me queda un mundo, un mundo de usted
jadeante y palpitante, un mundo que respira.
Me quedan los despistes,
franquezas e inventarios varios.
Me quedan todos esos hijos suyos,
que me acompañan
y que hacen entender que no estoy sola,
que no soy la única que está sola.
Gracias por el fuego, por el aire y por el agua.
Gracias por las mañanas (éstas y aquéllas),
por los viajes y las noches.
Gracias por las lágrimas.
Y por las risas, gracias.
Y cuente, cuente nomás, compañero.


A M. O. H. H. B. B., Ex Corde

viernes, 11 de septiembre de 2009

El secreto de la moraleja


El domingo pasado, luego de hacer fila el tiempo esperable en este tipo de encuentros, ví en el cinematógrafo Gaumont el film "El secreto de sus ojos", basado en un libro de Eduardo Sacheri.
Teniendo en cuenta mi no simpatía hacia el cine argentino en su gran mayoría, es apreciable la sensación que causó en mí. Me gustó, en serio me gustó. Me gustó al punto de saber que cuando la pasen en Telefé, la volveré a ver. Pero no tanto como para comprarme el dvd, ni siquiera en lo del Pelado (Pelado: conocido vendedor moronense de copias de dvd's, reconocible a lo lejos por sus características capilares).
Me gustó porque me dejó una moraleja. La "chica" se está por casar con un opulento miembro de la alta sociedad. El "muchacho" (no tan muchacho, en el caso de Darín) decide dar un paso al costado, porque no tiene nada que ofrecerle a ella. Se va a Jujuy (porque estaba en peligro, lo querían matar, etc. etc.), y ella, en la estación de trenes, le deja traslucir la idea de que se quede, y comenzar una nueva vida juntos. Pero luego de un intento de beso frustrado, sube al tren y se va, y se deja ir, se deja ir y no hace nada para impedirlo ("¡Pero dale, bajáte tarado!! ¡No renuncies a tu amor!!" gritaba enmudecido mi corazón cinéfilo, en vano). Y sigue el tren, mientras la chica corría a su lado, intentando retener a alguien que no quería ser retenido, que no se dejaba ser retenido...
Tiempo después, nos enteramos de que ella se casó con el ricachón, pero no felizmente... Tuvo hijos adorables, pero su matrimonio fue miserable y desamorado. Deja todo de lado, para volveral amor de su juventud.
¿La moraleja? Creo que es ésta: No renuncies a alguien intentando hacerle el bien, porque terminarás haciéndole peor. Si el corazón dicta hacer algo, házlo. El corazón tiene razones que la razón no entiende.
En realidad creo que esta peli dispara múltiples moralejas, pero sólo pude transcribir esta. Como si las moralejas conformen un aleph inascible, indescifrable, inescribible e impronunciable...

jueves, 3 de septiembre de 2009

Septiembre

¡Barajo, estamos en el setiembre! YA es septiembre. Quedan cuatro meses nomás, antes de uqe termine el año. Septiembre siempre ha sido, por conclusión masiva, el mes del romance, del redescubrimiento de las mañanas soleadas, del sol que comienza a acariciar las pieles hasta entonces cubiertas. Septiembre ha sido siempre un mes crucial, cada año. Lo que no se conigue ahora, no se consigue más. Recuerdo dejar materias para dar "en septiembre". JA-JA-JA. Septiembre se convertía en diciembre, diciembre en marzo, etc, etc, etc.
En septiembre se comienzan las dietas. Nuevo JA-JA-JA. Tarea obligada de todos los fines de diciembre: buscar malla nueva que tape rollos viejos.
Comenzar septiembre me obliga en parte a estar de buen humor. Y nada me pone de peor humor que estar obligada a estar de buen humor. Es parte de la insoportable levedad del ser insportable.
Septiembre: mes de las alergias. Por suerte no sufro de esta enfermedad, pero mi currumino me ensordece a estornudos. Los Elite ya no alcanzan. Habrá que talar el Amazonas para hacer pañuelos suficientes.
Comienza septiembre, los días empiezan a ser preciosos, y nosotros los estudiantes tenemos que estar encerrados a la luz del velador leyendo apuntes que en realidad no nos interesan, pero que tenemos que saber para poder seguir estudiando apuntes que sí nos interesan.
A mí me gusta decir septiembre. Me gusta la oclusividad del sonido. Me gusta la lucha entre la P y la T para que las dos sean oídas. Setiembre me suena a curtiembre.
Septiembre me significa que falta menos. Septiembre es un alerta en la cuenta regresiva. las fiestas de fin de año tendrían que celebrarse en septiembre.
¡Felices septiembres!!